Niños y marketing: Argumentos en contra de usarlos como objeto de tácticas persuasivas

Niños y marketing: Argumentos en contra de usarlos como objeto de tácticas persuasivas

En la actualidad, el marketing se ha convertido en una poderosa herramienta para influir en las decisiones de compra de los consumidores. Sin embargo, uno de los aspectos más controvertidos del marketing es el uso de los niños como objeto de tácticas persuasivas. A lo largo de este artículo, exploraremos los argumentos en contra de esta práctica y analizaremos sus posibles consecuencias negativas para los niños.

Index
  1. Argumento 1: Manipulación emocional
  2. Argumento 2: Explotación de la inocencia
  3. Argumento 3: Impacto en la salud y bienestar

Argumento 1: Manipulación emocional

El primer argumento en contra del uso de los niños en el marketing es la manipulación emocional a la que son expuestos. Las estrategias de marketing suelen apelar a las emociones de los niños, utilizando personajes animados, colores llamativos y música pegajosa para captar su atención y generar un deseo de poseer determinados productos. Esta manipulación emocional puede llevar a que los niños desarrollen una relación poco saludable con el consumo y a que se conviertan en consumidores compulsivos en el futuro.

Argumento 2: Explotación de la inocencia

Otro argumento en contra del uso de los niños en el marketing es la explotación de su inocencia. Los niños son fácilmente influenciables y confían en lo que ven y escuchan en los medios de comunicación. Las empresas aprovechan esta vulnerabilidad para promocionar productos que pueden no ser beneficiosos para su salud o desarrollo. Además, al utilizar a los niños como protagonistas de anuncios publicitarios, se les está enseñando desde temprana edad que su valor está vinculado a su capacidad de consumir.

Argumento 3: Impacto en la salud y bienestar

El tercer argumento en contra del uso de los niños en el marketing se centra en el impacto que puede tener en su salud y bienestar. Muchas veces, los productos promocionados a través de tácticas persuasivas están relacionados con alimentos poco saludables, como snacks, bebidas azucaradas y comida rápida. Esto puede contribuir a la obesidad infantil y a problemas de salud a largo plazo. Además, el bombardeo constante de mensajes publicitarios puede generar estrés y ansiedad en los niños, quienes pueden sentir la presión de tener que poseer determinados productos para ser aceptados socialmente.


El uso de los niños como objeto de tácticas persuasivas en el marketing plantea serias preocupaciones éticas y sociales. La manipulación emocional, la explotación de su inocencia y el impacto en su salud y bienestar son argumentos sólidos en contra de esta práctica. Es responsabilidad de los padres, educadores y legisladores proteger a los niños de las tácticas persuasivas del marketing y fomentar un consumo consciente y saludable desde temprana edad.

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